Mā Ānandamayī

                                 YOGA

Patrick Mandala

           Considerada la mayor santa de la India del siglo XX, Ma Ananda Mayi tenía un sentido común infalible, que le permitía sacar lo mejor de cada uno de los innumerables visitantes que recibía.

            Redescubiertos y presentados por Patrick Mandala, estos textos inéditos recrean sus enseñanzas. Adoptan la forma de sabios aforismos y, a menudo, de cuentos. Dan testimonio de la extraordinaria fuerza de esta mujer luminosa, de sonrisa inefable y ojos siempre llenos de bondad. Se trata de un libro inestimable para afrontar nuestro tiempo y nuestras propias angustias. «Las pruebas no se ven como desgracias… Sirven para el bien de los seres. En ningún caso, por dura que sea la adversidad, aceptarás la derrota».

            En su prefacio y su larga introducción, Arnaud Desjardins nos cuenta su experiencia con Ma Ananda Mayi. 

           

         

Fragmento de la obra:

Pacificar la mente
Benāres, 11 de agosto de 1948

Un devoto: A través de la observación del silencio, se
accede al Conocimiento supremo (jnāna).

Mātaji: ¿Qué quieres decir? ¿Por qué se ha utilizado
aquí la expresión “a través de”?

Devoto: El silencio es en sí mismo sabiduría; el medio
es en sí mismo el fin.

Otra persona: Por “silencio”, debemos entender el
apaciguamiento de los cinco sentidos 

Mātaji : Sí, pero ¿por qué decimos “a través de”?

Devoto: Concentración completa y exclusiva en el Sí
mismo, este es el significado de “a través de”.

Mātaji : Cuando se suprime el habla, la actividad de la
mente continúa. Sin embargo, ese silencio ayuda a pacificar la
mente. A medida que se profundiza más, su actividad se ralentiza,
y llegas a sentir que Aquel que todo lo provee se manifestará
para tu bien.
Cuando la mente está agitada por las cosas materiales,
se pierde el beneficio que debería obtenerse absteniéndose de
hablar. Uno podría, por ejemplo, permanecer en silencio en un
momento de ira, pero tarde o temprano, ésta estallará
Cuando la mente está centrada en Dios, continúa progresando
de forma constante, y de esta concentración surge
la pureza tanto del cuerpo como de la mente. Permitir que la
mente se detenga en los objetos sensoriales es un desperdicio
de energía. Cuando la mente está así ocupada y no se observa
el silencio, se encuentra la liberación hablando. De lo contrario,
tratar de imponer este tipo de silencio podría ejercer una
presión indebida sobre los sentidos y, a la larga, conducir a la
enfermedad. Pero cuando la mente se vuelve naturalmente hacia
el interior, no sólo no se produce ningún daño para la salud,
sino que, además, al morar constantemente en el pensamiento
de lo Divino, se desatan todos los nudos (granthis) que componen
el ego, y por la misma razón se hará lo que deba hacerse.
(…)
Pero decir “a través del silencio Él se realiza” no es
correcto, porque el Conocimiento Supremo no se revela “a través”
de nada – Él se revela a Sí mismo -. Para rasgar el “velo”,
existen disciplinas y prácticas apropiadas.

Fuente: Palabras de Srī Ānandamayī Mā.

Pregunta: Mā, es casi imposible pacificar la mente.
¿Qué puede pacificarla?

Mātaji (riendo): Supón que tienes un cuenco lleno de
agua. Mientras el cuenco se agite, el agua que contiene también
se moverá. Pero si dejas el cuenco a un lado, sin tocarlo, entonces
el agua no se moverá. Del mismo modo, intenta no mover
tu cuerpo durante un rato; cuanto más tiempo permanezca
quieto, más tiempo permanecerá quieta tu mente. Si es natural
que esté inquieta todo el tiempo; la calma y la concentración
son también su verdadera naturaleza. Hazte el firme propósito
de permanecer inmóvil el mayor tiempo posible, centrado en
la Presencia inmutable que hay en ti. Aunque tu mente siga
agitada, no te rindas.
Debes saber que aunque la mente no abandone su
“dharma” [su “razón de ser”, que es la agitación], ¿por qué
deberías tú abandonar la tuya [que es la tranquilidad y la paz]?


Fuente: A.V. “Srī Mā’s Utterance” (reportado por Srī Gurupriya
Devī en Srī Mā Ānandamayī, Vol.II), traducido del Bengalí, Octubre
1981, Vol.XVIII, No.4.