Los últimos meses de la vida de Buda

      MAHAPARINIBBANA SUTTA

            «El Discurso de la Gran Liberación»

J. Carte

 

        El Mahaparinibbana Sutta es el texto más largo de todos los Discursos en el canon pali. Es el Sutra nº 16 (Digha Nikaya, 16), que se encuentra en la sección Mahavagga [la gran División] del Digha Nikaya, a su vez dentro del Sutta Pitaka [el Cesto o Canasto de los Discursos].

        Parece estar fuera de toda duda para la mayoría de los estudiosos e investigadores, tanto cingaleses y tailandeses como occidentales, que el Mahaparinibbana Sutta es uno de los textos budistas más antiguos que poseemos, en otras palabras, uno de los más cercanos a las enseñanzas y la vida del Despierto.

       El texto del Mahaparinibbana Sutta narra bastante factualmente el último año  –aproximadamente– de la vida de Buda. Pero, tal como ha llegado a nuestras manos, es un discurso largo, repetitivo y en el que se ven claramente las inserciones y ampliaciones al texto original (el proto Parinibbana Sutta).

       A pesar de todo, el Parinibbana Sutta es un texto maravilloso, con secciones especialmente bellas: las que recogen las palabras del Buda.

 

FRAGMENTO DEL TEXTO

1.9. Satta sambojjhanga: Los Siete Factores que in
ducen a la Iluminación.

Dijo entonces el Buda: «Aún voy a hablaros de los
siete factores que inducen a la Iluminación: mientras los
bhikkhus ejerciten y mantengan la atención consciente,
la investigación de la verdad de los fenómenos, el control de
la energía, el gozo, la tranquilidad mental, la contempla
ción (o meditación) y, finalmente, la ecuanimidad, es de
esperar que los hermanos de la comunidad prosperen y no
decaigan».

1.10. Sattasañña: Los Siete Aspectos de la Percepción.

«Todavía deseo instruiros acerca de los sietes aspectos de la percepción: en tanto los monjes ejerciten y desarrollen la percepción de la impermanencia de todos los
fenómenos, la percepción de la inexistencia del yo, de la
impureza y la corrupción, la percepción del peligro, de la necesidad de superación de los obstáculos espirituales, del desapasionamiento y la percepción de nirvana,
mientras eso ocurra, es de esperar que los hermanos de la
comunidad prosperen y no decaigan».

1.11. Cha Sangha-Aparihaniya Dhamma: Seis factores que previenen el declinar de la comunidad. [También llamados ‘Saraniya Dhamma’: Seis condiciones a recordar]

Añadió el Buda: «Aún quisiera enseñaros seis principios más que evitan el declinar de la comunidad de monjes. En tanto que los bhikkhus –tanto en público como en privado– muestren bondad y afecto al resto de monjes –tanto en actos físicos, como de palabra y pensamiento–; mientras compartan con el resto de la comunidad los regalos recibidos, incluido el contenido de su cuenco de pedir limosnas –que no deben guardarse para ellos mismos–; en tanto que conserven sin alterarlas la virtud y las reglas de conducta, que son puras, elogiadas por los sabios, que carecen de mácula y que conducen a la liberación, y las mantengan junto a sus hermanos de la comunidad; mientras conserven esa noble visión que conduce a la emancipación, a la destrucción del sufrimiento y permanezcan en esa consciencia con el resto de monjes, en tanto lo hagan así y el resto de gentes vean que se lleva a cabo, es de es perar que la comunidad de monjes prospere y no decaiga».

1.12. Últimos consejos de Buda en Rajagaha.

Y el Bienaventurado, que residía entonces en Rajagaha, en el monte llamado ‘Pico del Buitre’, repetidamente
aconsejaba a los monjes de este modo: «Así es la virtud,
así es la paz mental, así es la sabiduría intuitiva. Gran
des son los frutos y grandes son los beneficios de ‘samadhi’
cuando está vinculado a la conducta virtuosa. Grandes son
los frutos y grande el bien logrado por la sabiduría intuitiva cuando va en conjunto con ‘samadhi’. Así, la mente
que posee sabia intuición queda libre completamente de
toda corrupción, tanto de la corrupción por la sensualidad,
de la polución por la trasformación y de la polución por la
ignorancia».

1.13.
Cuando el Señor Buda hubo residido en Rajagaha
tanto tiempo como le plugo, dirigiéndose a Ananda le dijo:
«Vamos, Ananda, viajemos a Ambalatthika». «Así lo haremos, Señor», contestó Ananda. Y ambos se dirigieron allí
junto con una amplia congragación de monjes y luego el
Buda y los monjes se asentaron allí.

1.14.
Y el Señor Buda permaneció en el parque real de Am
balatthika y allí, de nuevo, dio un discurso a los monjes:
«Así es la virtud, así es la paz mental, así es la sabiduría
intuitiva etc.».

1.15.
Cuando el Bendito hubo permanecido en Ambalatthika tanto tiempo como quiso, se dirigió al Venerable
Ananda y le dijo: «Vamos, Ananda, dirijámonos a Nalanda». «Así lo haremos, Señor», asintió Ananda. Y entonces
el Bendito, junto con Ananda y una numerosa congregación de bhikkhus, se dirigió a Nalanda y estableció su residencia en esa población, en el frutal de mangos ‘Pavarika’.

1.16-17. La visita de Sariputta: El rugido de Sariputta

Entonces, el Venerable Sariputta vino a visitar al Señor. Tras saludarle, se sentó a un costado y le dijo: «Reverendo Señor, yo tengo esta creencia, que nunca ha habido, ni existirá, ni existe ahora ningún asceta, ni brahmán, que sea mejor o que posea una Iluminación más elevada que el Bienaventurado [el Buda] ».


El Buda contestó: «Valientemente has hablado, con
atrevimiento, Sariputta, ¡con la potencia del rugido de un
león¡ Pero, ¿cómo puedes saberlo, Sariputta? ¿Acaso se te
aparecieron todos los Arahant Budas del pasado? ¿Pudiste penetrar en sus mentes para poder afirmar ahora:
“Esos Arahants poseían tales virtudes, tales fueron sus
enseñanzas, tal es su sabiduría, tal su Iluminación”? »